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En el año 2002 los días efectivos de clases fueron 167. Esta situación dio lugar a la sanción de la ley 25864 en el año 2003, establece un ciclo mínimo lectivo de 180 días anuales para la educación inicial, y todo el ciclo primario y secundario. Obligando a las autoridades provinciales a compensar los días perdidos, hasta completarlos.
Dentro de este contexto existen casos de gravedad extrema como lo es el de la provincia del Chaco que durante los años 2004 al 2007 perdieron 127 días de clases. En el año 2008 sólo Buenos Aires y Chubut cumplieron la ley. Las que tuvieron menos días de clases ese mismo año fueron las provincias de Entre Ríos con 162 días y la Ciudad de Buenos Aires con 169. En el año 2010 apenas seis provincias cumplieron con el calendario escolar de 180 días.

En el año 2010 las autoridades educativas, nacionales y provinciales, mostraron su preocupación por el sistemático incumplimiento del calendario escolar (con desigualdades entre las provincias el promedio nacional se ubicó en 170 días) determinando que a partir del ciclo lectivo 2011 las distintas jurisdicciones debían confeccionar los calendarios para superar la cantidad mínima de días efectivos de clase establecida en la ley 25864 con el objetivo de alcanzar los 190 días de clase en los niveles correspondientes a la educación obligatoria.

¿Pero no deberíamos poner la mirada en el conjunto cantidad de días y  horas de clases?. En efecto si tomamos la cantidad de días observaremos que en Latinoamérica salvo el caso de Costa Rica con 205 días de clases los demás países se proponen alcanzar los 190 o 200 días como máximo. A su vez todos tienen jornadas de clases que van de las 4,5 hs a las 6 hs (Argentina con 4,48 hs diarias; Brasil con 4,55 hs diarias;  México con 5,13 hs diarias; Chile 6,36 hs diarias; Colombia 6,14 hs diarias; Venezuela 5,22 hs diarias), frente a las seis a siete horas promedio en países europeos y desarrollados de Asia que, inclusive, en niveles superiores de la educación básica llegan a garantizar hasta nueve horas la jornada.

Daniel Santa Cruz, en su nota “Más días de clase, mayor calidad de educación” menciona que distintos especialistas han objetado que el aumento de la carga horaria garantice un mejor rendimiento en los procesos de educación, pero si tomamos como referencia los resultados de las pruebas de evaluación PISA ( Programme for International Student Assessment , a cargo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) en 2003 y en 2005, vemos que los seis países con mejores puntajes promedio corresponden a los que tienen mayor cantidad de días y horas. Es el caso de Japón, Nueva Zelanda, Corea, Canadá, Australia e Irlanda.

Si al hecho de que la cantidad de días/cantidad horas de clases es inferior a los países mencionados anteriormente agregamos que existen factores como conflictos gremiales, problemas de infraestructura, problemas climáticos, jornadas especiales y otros que interrumpen el ciclo lectivo sumado a las muchas dificultades que encuentran los gobiernos para recuperar los días perdidos nos encontramos que la cantidad de días efectivamente con dictados de clases se reduce en algunos casos por debajo de 180 días, con promedios -como los que vimos en párrafos iniciales- para la Argentina en lo que va del siglo XXI  de 170 días netos de clases. Lo cual se tradujo en tan sólo un promedio de 680 hs de clases anuales. Al mirar al resto del mundo nos encontramos a Israel con 1025 horas anuales de clases; Nueva Zelanda con 985; Holanda con 930; Francia 918; España 880; Corea 810, Brasil y México 800. El promedio de países miembros de OECD se ubica en 187 días y 803 horas anuales de clases. Es decir 4,29 hs por día.

Si lográramos que todas las jurisdicciones de la Argentina completaran 180 días de clase llegaríamos a 720 horas anuales de clases, muy por debajo de lo que recomienda Unesco, un mínimo de horas de clases anuales de entre 850 y 1.000, para poder aprender los contenidos básicos que se necesitan para desarrollarse en el siglo XXI.

Pero entonces surge la pregunta inevitable ¿Si la educación Argentina a lo largo del siglo XX con esta misma cantidad de horas promedio aseguraba una educación de calidad, progreso y un espejo en el cual mirarse para muchos países de Latinoamérica qué cambió desde entonces? Como bien lo explica Silvina Gvirtz (reconocida docente e investigadora de la Universidad de San Andrés, y directora del proyecto "Escuelas del Bicentenario”) la jornada completa o extendida es esencial para el mejoramiento de la calidad educativa.  Y continúa explicando: “En términos de aprendizaje y de acceso a la igualdad educativa tienen una importancia fundamental para los chicos y para el futuro. Las razones son que nosotros estamos en una sociedad del conocimiento, donde cada vez hay que aprender más contenidos. Antes para insertarse bien en la sociedad no hacía falta un segundo idioma ni existían las nuevas tecnologías. Hoy para poder desarrollarse bien hay que incorporar por lo menos estos dos contenidos a la currícula. Y si no se agregan horas a las clases, en realidad lo que se hace es reemplazar un contenido por otro. Es decir, se ponen horas de inglés pero se resignan de matemática, por ejemplo. O sea frente a la necesidad de sumar más contenidos, la extensión de la jornada es una condición básica”.

Como si no fuera suficiente la jornada extendida trae aparejada otra importantísima ventaja social como bien lo explica Silvina Gvirtz: “Todos los que estudian las políticas públicas, en especial lo vinculado con la protección social, la señalan como una gran ventaja para las familias, por ejemplo para darles más tiempo de cuidar a los hijos más pequeños, aún no escolarizados. Por otro lado en la Argentina tenemos tasas de repitencia y de deserción muy altas. En primaria, por ejemplo, el primer quintil de ingresos, que es el más pobre tiene una repitencia que alcanza al 25%, esto es parte a las pocas horas de clases que tienen estos chicos. Si las maestras pudieran trabajar más tiempo con estos chicos, es probable que puedan reforzar ciertos saberes y por tanto repitan menos. Es una cuestión de justicia.”.

La importancia de la jornada extendida o completa fue entendida por nuestros dirigentes quienes la incluyeron en la ley 26206 (2006) así como se la menciona en la de financiamiento sancionada en 2005. Definiendo una meta mínima del 30% de los alumnos de educación básica con acceso a escuelas de jornada extendida o completa para el año 2010, priorizando a la población con menos recursos económicos.

Lamentablemente esta meta está lejos de cumplirse, ya que no ha habido prácticamente progreso. Estamos en presencia de un grave estancamiento ya que las escuelas primarias públicas con doble escolaridad no superan el seis por ciento del total, o sea casi la misma situación que a fines de los noventa.

Conclusión ¿Hacen falta nuevas leyes? ¿Hacen falta sentarse a discutir qué aspectos –en este caso la jornada extendida o o completa- se requieren modificar para mejorar la educación? O como en muchos otros aspectos de la República Argentina lo que se hace menester es respetar y hacer cumplir las leyes. ¿De qué nos sirve debatir, comprender las necesidades, ponernos de acuerdo, redactar leyes si luego no se cumplen?

Cumplir con la jornada extendida o completa nos permitirá como hemos visto mejorar la calidad de los contenidos que se dictan. No significa que sea la única variable que nos permitirá mejorar la educación, pero queda más que claro que se necesitan más horas para poder tener una currícula a la altura de lo que el nuevo siglo demanda, pero también como paliativo a otras problemáticas sociales y el acceso a la tan mentada igualdad social.

Su no cumplimiento condena a toda una futura generación a una formación sin las fortalezas de conocimientos que se les serán demandados en un futuro cercano, lo que es lo mismo que decir que estamos condenando al país a un futuro con complicaciones en todos los órdenes.

Fuentes para la presente nota:

Otra escuela para el futuro – Alieto Guadagni
http://www.lanacion.com.ar/1390659-los-chicos-argentinos-son-los-que-menos-se-esfuerzan-por-aprender
http://www.lanacion.com.ar/996206-mas-dias-de-clase-mayor-calidad-de-educacion
http://www.lacapital.com.ar/ed_educacion/2009/8/edicion_37/contenidos/noticia_5004.html



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